Hoy me siento más cerca de Maui.
Nueva Zelanda, uno de los países con mejor calidad de vida del mundo, ofrece una combinación de modernidad y naturaleza virgen en sus dos alargadas islas.
Situada en Oceania, al sureste de Australia, este país se convierte en nuestra antípoda, o lo que es lo mismo, el lugar más lejano del mundo al que podemos viajar desde España.
Su capital, Wellington, y Auckland, su ciudad más poblada, ofrecen un ambiente cosmopolita en el que se funden diferentes estilos de vida y culturas. Allí, como en el resto del país, conviven pacificamente etnias europeas y maorís.
De la creencia de estos últimos surge la bonita historia que da lugar al origen de Nueva Zelanda. Dicen los maorís que el semidios Maui-Tikitiki rescato esta isla del mar, dando lugar a su nombre Te Ika ā Maui, ‘El Pez de Maui’, en maorí.
De momento sólo puedo disfrutar de sus colores y sus fantásticas historias a través de papel, espero dentro de poco poderlo hacer de sus olores y sensaciones en primera persona y poder escribir un nuevo artículo en el que relate fantásticas historias de su gente y su forma de vida.